T-MEC ¿Puede ser un Obstáculo para Trump en Elecciones Intermedias?

La posible alza de algunos productos por el nuevo acuerdo podrían perjudicar a los estadounidenses que saldrán a votar el próximo martes.

T-MEC

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insiste en que el nuevo Tratado Comercial entre México, Canadá y Estados Unidos (T-MEC) es una victoria para los trabajadores de fábricas de su país, pues representa el regreso de empleos bien pagados a la Unión Americana.

Sin embargo, una revisión del acuerdo indica que también podría elevar el precio de varios productos para los estadounidenses y aumentar la ineficiencia de sus negocios.

Lo que es peor, gran parte de la manufactura que regrese a Estados Unidos probablemente sea hecha por robots en las plantas estadounidenses cada vez más automatizadas, no por trabajadores humanos.

Mientras que los estadounidenses votarán el próximo martes en las elecciones intermedias, Trump pregona el T-MEC como un triunfo en su agresiva política comercial, una estrategia que, dice, marcará el inicio de “un nuevo amanecer para la industria automotriz estadounidense y el empleado automotriz estadounidense”.

El pacto, develado el 30 de septiembre, parece alcanzar algunas de las metas de Trump como llevar más producción a Estados Unidos, lo que revertiría el flujo de trabajos a México, donde se pagan salarios más bajos.

Y podría resultar en mejores condiciones laborales y quizás mejores salarios para los obreros mexicanos, que han sufrido durante años.

No obstante, alejar el modelo de negocio de la dependencia laboral con México se traducirá en autos más caros para los clientes estadounidenses y que los fabricantes de autos en América del Norte sean menos competitivos ante sus rivales europeos y asiáticos.

“Será complicado mantener competitivo a América del Norte como centro de producción”, aseguró Michael McAdoo, del grupo Boston Consulting.

El T-MEC tiene como objetivo reemplazar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), de 24 años, al cual Trump culpa de acabar con los empleos en su país.

El TLCAN eliminó casi todas las barreras comerciales entre México, Estados Unidos y Canadá, lo que aumentó el comercio entre las naciones. Sin embargo, muchos manufactureros de EU mudaron sus fábricas y empleos a México para aprovechar la mano de obra barata.

Estos manufactureros pudieron entonces enviar automóviles y otros bienes de regreso a la Unión Americana y Canadá libres de impuestos.

Trump exigió un nuevo pacto más favorable para los trabajadores estadounidenses, cuya renegociación duró más de un año y que culminó en septiembre pasado.

“Estas medidas apoyarán a cientos de miles de empleos estadounidenses”, Trump declaró a principios de octubre.

No obstante, el T-MEC aún no es un hecho, pues debe ser firmado por el Congreso de cada uno de los integrantes del pacto.

Algunos demócratas han expresado su apoyo al pacto, pero si su partido recupera el control de la Cámara de Representantes en las elecciones del próximo martes, no es seguro que sus líderes quieran ‘entregarle’ una victoria al presidente Trump.

El apoyo al T-MEC tampoco está firmado por los legisladores mexicanos y canadienses, quienes podrían pensársela dos veces antes de ratificar el pacto al menos que la administración de EU los exente de los aranceles que impuso al acero y aluminio en una disputa separada.

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